Última actualización 19 junio, 2018
La vida por momentos nos puede parecer algo gélido, inhóspito, lleno de sitios que guardan terribles arcanos. Naturalmente, eso no agrada. Sin embargo, siempre hallamos motivos para embellecerla, siempre. Y dentro de los más grandes, la amistad ocupa un lugar sin igual ¿Necesitamos motivación? Ahí está el ladero de la existencia ¿Un espaldarazo anímico? ¿Ganas? ¿Fuerzas? ¿Energías para superar escollos? Ya sabes las respuesta. No debemos buscar ángeles ni ninfas preciosas y prodigias, porque tenemos a nuestros amigos que hacen verdadera magia en esta vida. Una pequeña loa para ellos es este posteo, desde distintos ángulos: 52 imágenes con frases bonitas, divertidas y reflexivas sobre la amistad. Una entrada que no puedes perderte, querido lector.
Imágenes con frases de amistad
La amistad nos llena. Es que no somos mónadas, objetos cerrados y autosuficientes. Somos entes más bien abiertos, aperturas ambulantes que necesitan completarse con otros, que les hace bien, que suman en el agrado de la vida.
La amistad vale mucho. Es un regalo costoso, de esos que valen mucho: hay alguien que regala su tiempo, que deja cuestiones personales de lado, que deposita una oreja cuando es necesario, que otorga una voz compañera y un cálido abrazo ¿Algo más necesitamos? Seguramente no, así que mejor cuidarlo.
Hay una alimaña ponzoñosa, tan venenosa que a veces nos genera que la vida sea un simple hecho gris y normal ¿Cómo se llama para poder identificarla? Le dicen naturalizar. Sí, ella hace que la magia de la existencia, el milagro del encuentro, lo único de la felicidad se pierda como agua entre los dedos. También las amistades, naturalmente. Así que un buen consejo sería este: no dar por hecho la amistad.
Abraza a tu amigo, dile que lo quieras y comparte momentos. No sabes el milagro que vives. Y si eres consciente de ello, no hay aviso que sea redundante. En cualquier momento se puede perder la consideración de ese prodigio.
La vida es hermosa y más si es entre amigos. Porque sabemos que si poseemos cierta felicidad somos muy pequeños reservorios para ella; la queremos compartir. En otro caso, siempre el cariño que prolifera en tales vínculos es fuente de alegría. Como se vislumbra, todo se multiplica.
Suele decirse que el amor es la única fuerza que aumenta al dividirse o multiplicarse. Es que mientras más amigos tenemos nos sentimos seguros, en casa estemos donde estemos.
¿Te parece sensacional recordar a alguien? ¿ Que dentro de ese torbellino de ideas e imágenes que es la mente alguien se lleve tu atención? Bueno, de eso se trata también la amistad. Y no hay nada más precioso que pensar en ello y al cavilar darse cuenta que esa situación se establece en reciprocidad.
Los amigos son dos iguales que se apoyan. No existen jerarquías de ninguna clase ni pueden existir nunca. De lo contrario, estaríamos hablando de uso, interés, dobleces; pero no de amistad.
Dime quién es tu amigo y te diré quién eres. Tu círculo, tus encuentros asiduos, tus lugares de presencia dicen mucho de ti. Una buena amistad nos puede convertir en seres superiores, mejores personas. Uno es un ente perfectible.
La amistad es esa planta verde, florecida, la más hermosa del jardín. Y así como no es conveniente dejarla a la buena de Dios, lo mismo podemos hacer con los amigos: cuidarlos, protegerlos, tenerlos presentes incluso en la ausencia física. La distancia no debe obliterar absolutamente nada.
Sonrisas compartidas, momentos vividos en conjunto ¿No sentimos que los disfrutamos más? Ese sitio hermoso al que fuiste, esa fiesta esperada, determinada ceremonia o un simple encuentro en una plaza. Todo adquiere otro aires con amigos. No nos basta con nosotros solos, si el otro suma, claro está.
Frases reflexivas e inspiradoras sobre la amistad
Pero la amistad no debe ser un servicio terapéutico. El hecho de sabernos que estamos mejor con esa persona no nos fuerza a mantenerla a toda costa, sobre todo cuando la realidad mencionada cambia. Hay relaciones tóxicas, vínculos ponzoñosos que no hacen bien. Un hedonismo responsable sabe que el otro es importante, que puede ser escuchado en malos momentos; pero hasta cierto punto.
El fin absoluto de la vida es ser feliz. Podemos compartir eso con otros.
Los amigos siempre tienen tiempo. Son pragmáticos: si no existen las posibilidades o las condiciones objetivas, las crean a la fuerza.
Los momentos tristes ponen a prueba a los amigos. No para ser esclavos de nuestras sempiternas amarguras, sino como buenos oídos y consejeros de nuestros incordios momentáneos.
Es una luz brillando en la oscuridad. Si sabemos que en el mundo prolifera la injusticia, la violencia y el dolor, ¡cuánta paz encontramos en los terruños amistosos! No los abandonemos, cuidemos siempre lo difícil de obtener.
La amistad no se cuida solo porque nos hace feliz y mejores personas, sino porque todo vínculo fuerte, de hierro que dejamos deteriorar es tiempo que tiramos a la basura. Y bien sabemos que este tirano es limitado.
No tenía nada de especial, podríamos decir. Al principio era normal, casi serializado. Un aspecto físico típica y una conducta para nada sobresaliente. Sin embargo, se convirtió en una hermosa amistad: ahora ese ser es tan diferente, un salto cualitativo ha dado en la vida nuestra, que la ha cambiado para siempre.
La vida es un largo, enorme trayecto con tortuosidades, altibajos y regresiones. En ese peregrinaje encontraremos bastantes seres: muchos ocasionales, del momento, crepusculares para no aparecer nunca más; otros, quizás los menos, se quedan prendidos hasta el fin de los tiempos. O mejor dicho: de nuestros tiempos ¡Seres finitos somos!
¿La amistad es un absoluto? ¿O un valor simplemente reducido a las condiciones y circunstancias del momento? Cada persona tendrá su respuesta.
Y que ellos, los amigos, te den un gran abrazo para que todas tus partes desperdigadas se vuelvan a juntar, más fuertes que nunca.
Ellos son el sol después de una tormenta. Incluso en un mal día, en uno sobrio y gris, sabemos que febo está detrás, como los amigos.
Malhumorados andamos por ahí cuando las cosas no nos salen como queremos; pero de repente se dibuja una sonrisa: sabemos que alguien hay.
No sé si nacimos para estar solos. Lo que sí sabemos es que compartir con alguien que queremos los sucesos de la existencia no tiene valor, es algo que no se pondera.
Reímos y se nos forman arrugas. Arrugas de expresión que rodean los ojos, las comisuras y que con el tiempo se extienden al resto del rostro. Poco importa, si todas ellas fueron momentos de felicidad con amigos.
Sé un ser alegre y tu mundo cambiará; lleva ese amor para todos lados.
Un mundo inmenso y sin embargo coincidir con esa persona. Porque la amistad es un cariño, un amor, que se distingue de otros por sus particularidades pero que sigue una misma premisa: la demostración. Así que dejemos de lado los cálculos, la aritmética de las pasiones, los corolarios bien ponderados, porque el amor es bastante ciego ¿Y hay riesgos? Por su puesto que sí, pero siempre vale la pena. Si fracasamos, aunque duela, sirve como aprendizaje; si acertamos seremos seres muy felices y afortunados.
Estas imágenes tratan de reflejar la amistad desde distintas aristas, las cuales no dejan de lado la reflexión. Esperamos que hayan sido de tu agrado, querido lector.