Última actualización 19 junio, 2018
Posiblemente nos sorprenderíamos con el nivel de memoria que tenían los seres humanos antes. Platón, en ese sentido, solía describir la escritura como una atrofiador de la rememoración, ya que ayudaba a fijar en algo que iba más allá de uno. Sin embargo, una buena ayuda siempre ha sido someter a cierto ritmo lo que se dice, darle una musicalidad muy precisa. Los refranes, en ese sentido, son ejemplos perfectos, por eso aquí te dejamos una buena cantidad de ellos con tópicos bien fuertes: amor y amistad. Esperamos que el material sea de tu agrado, querido lector. Excelente para pasar un bien tiempo.
Refranes hermosos de amor
Un refrán tiene la bondad que es conciso, fuerte y que siempre nos deja alguna enseñanza. A eso podemos añadirle cierto juego rítmico logrado con mejor o menos facilidad. Las siguientes imágenes cumplen lo último más o menos; pero claramente siempre contienen una enseñanza que bien te puede servir para aprender y compartir.
El amor será de la manera que queramos con nuestra pareja. Hay que aprender que más allá de todo ideal hay una clase de amor más terrenal que se hace carne, que se personifica, que se mantiene y se transforma. A veces los ideales sirven para caminar y progresar; en otras ocasiones para frustrarse.
Esa persona debe sumar en nuestra vida, pero nunca ser un lastre, una dificultad. Que el amor que se dé no sea el más puro, pero que en algún punto mejore nuestra existencia. De lo contrario, solo obtendremos suplicios, tristezas y sinsabores que para nada suman.
El amor tiene mucho de sensualismo, claro está; pero a veces realizar esas separaciones tajantes entre lo sentimental y lo intelectual no sirve para nada o nos perjudican. Siempre es bueno pensar en el amor, analizar sus meandros o por lo menos los caminos recorridos por uno. Se pueden hallar nuevos horizontes gracias a la razón.
Y el amor es también eso: no correspondencia. De ahí que nos demos cuenta de las dificultades que siempre tiene, de lo mucho que hay que arriesgar en esa economía de negativos y positivos ¿Y el resultado de todo, sin embargo? La respuesta más idónea es que hay que seguir intentando, que nunca hay que sopesar de manera negativa a priori, aunque luego las cosas no salgan como queremos.
El amor conmueve, genera un antes y un después. Y es tan mágico en ese punto que hasta nos maravillamos de cómo no pudimos verlo antes, de cómo actuábamos tan diferente en un pasado que ahora parece excesivamente remoto. Obviamente es un típico anacronismos: sentir el ayer, pero con los sentimientos del hoy.
El amor siempre es de dos, por más que se puede amar sin ser amado. Eso lo que tiene el amor: nos obliga a ser trágicos. No pesimistas, que piensa que la realidad es peor de lo que es; o excesivos positivos que caen en males contrarios. Lo trágico es aceptar lo que es tal cual es, a pesar de que no agrade.
Suele decir un proverbio muy conocido que el que mucho mira hacia atrás, puede caerse sin darse cuenta. Lo mejor es estar siempre en el presente y desde esa ponderación proyectar a futuro. En el amor es casi inevitable pensar así: el pasado pisado; el presente es sustantivo; y el futuro un proyecto que esperamos mantenga a esa persona tan amada a nuestro lado.
Cuando queremos a esa personas nuestro cuerpo es guiado por el corazón. Es como que sintiéramos por primera vez el paso de lo absoluto, el cual, claro está, es muy difícil de soportar. Cuesta siempre no gritar a todos lados lo que amamos, no encauzar al exterior ese torbellino grandilocuente que nos abrasa por tanto amor.
La vida quizás no tenga un sentido. Presuponerlo es pensar que existe un sujeto previo a lo que somos que le da eso que nosotros no podemos. Es casi una relación sujeto-objeto, en la que desgraciadamente ocupamos el segundo lugar. Somos lo que somos. Pero las cosas son más complicadas: somos lo que queremos ser y en todo caso nosotros le damos el sentido a la vida. El amor es una manera, por ejemplo.
La verdad hiere pero rompe esperanzas, ilusiones y cuestiones similares. Es profundo el dolor, corto. La mentira en cambio es una bebida ponzoñosa que nos mata poco a poco y que, al fin y al cabo, no solo no sirvió sino que prolongó todo tipo de agonías.
Hay que luchar contra una alimaña que siempre se cierne cuando eclosiona la rutina: se llama naturalización. Ella hace que lo mágico, lo sorprendente y por lo tanto nuestro asombro desaparezcan. Y un amor sin esos contenidos, perdidos para siempre, es uno que está pronto a la muerte.
Lo raro del amor es que cuando no se tiene se vuelve a valorar.
Profundos refranes de amistad
La amistad es demasiado y mucho más. Realmente es un cobijo cuando el mundo se convierte en algo excesivamente lóbrego, inhóspito y triste.
No hay nada en la vida como ir de un amigo al otro, sin perderlos. Sabemos que con ellos somos más fuertes, que nos sostienen quizás cuando las energías comienzan a merman. Y sí: son más que indispensables.
Gracias por estar aquí, gracias por tanto. Agradecer nunca viene mal, habla de una persona que aprecia, que pondera y sobre todo no es indiferente a que siempre un amigo está de algún modo, de la manera que fuere.
Un tesoro se cuida por lo general. Es lógico que no lo pongamos en riesgo, que lo apreciemos y que en todo caso queramos acrecentarlo. Pero no es natural desdeñarlo, darlo por hecho, olvidarlo, dejarlo en el arcón de los trastos y recuerdos.
Fabula de Esopo: había un hombre tan pero tan avaro que guardó todo su capital en un lingote debajo de su cama. No lo usaba y así siguió su vida. Un día, luego de un tiempo, descubrió, cayendo en la desesperación, que se lo habían robado. Un amigo, al ver al hombre tan apesadumbrado, lo trato de contener:»No te preocupes, ya que no usabas la riqueza; así que si colocas piedras en lugar de oro será lo mismo». A veces olvidamos que lo maravilloso existe en el uso y la ponderación.
Ponderar la amistad no solo sirve para que crezca, sino también es una señal para que el otro se sienta amado, querido y así actúe conforme semejante sentimientos.
Un amigo es una luz en la oscuridad, sobre todo si tenemos en cuenta que el mundo desconocido, el que no queremos, atrae poco y no es tierno.
La amistad puede ser muchas cosas, pero lo más conveniente siempre es que sea sincera.
En la vida, en cuanto a los sentimientos, tenemos que ser prolíficos con quienes lo merecen, casi de los amigos; y muy reservado con quienes han demostrado no ser dignos de fiar. Es una economía a la que tenemos que estar atentos.
Amistad es empatía. Si no nos podemos poner del lado de nuestro amigo, si su lugar no es ajeno, tendríamos que volvernos a plantear ciertas cuestiones.
Esperamos que estas imágenes, querido lector, sean de tu agrado. La amistad es el tesoro más maravilloso. Porque si en el mundo dejamos una huella, mejor que sea en nuestros seres queridos.