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Frases y Poemas de Amado Nervo

Última actualización 25 agosto, 2020

Una vida breve no fue obstáculo para que Amado Nervo fuera un prolífico poeta y ensayista, tan complejo que anunciar como modernista a este genio mexicano es un reduccionismo que no se puede cometer. A continuación presentamos inspiradores, sabios y variados poemas y frases de Amado Nervo. 

Frases de Amado Nervo cortas


    • El amor verdadero hace milagros, porque él mismo es ya el mayor milagro.

    • Quienes piden lógica a la vida se olvidan que es un sueño. Los sueños no tienen lógica: esperemos despertar.

    • En el fondo del alma de todo aquel que miente no hay quizás más que un instinto confuso de estética y de perfección.

    • Yo defino al temor: una autosugestión más o menos voluntaria de inferioridad.

    • La tristeza es un don del cielo; el pesimismo es una enfermedad del espíritu.

    • Si no quieres como tú quieres que te quieran, ¿qué importa que te quieran?

    • El signo más evidente de que se ha encontrado la verdad es la paz interior.

    • El alma es un vaso que solo se llena con eternidad.

    • Si vivir es solo soñar, hagamos el bien soñando.

    • Siempre que haya un vacío en tu vida, llénalo con amor.

    • Busca dentro de ti la solución de todos los problemas, hasta aquellos que creas más exteriores y materiales.


    • La cordura y el genio son novios, pero jamás han podido casarse.

    • Las almas superiores no tienen miedo más que de una cosa: de cometer una injusticia.

    • Y hay más amor en mi duda, que en tu tibia afirmación.

    • Desciende al nivel de tu interlocutor, para no humillarse o desorientarle.

    • El hombre desde que nace hasta que muere es una máquina de romper juguetes.

    • El que quiere, perdona más.

    • La vida es un relámpago entre dos largas noches.

    • Esperanza, nodriza de los tristes.

    • Si eres orgulloso conviene que ames la soledad; los orgullosos siempre se quedan solos.

    • La libertad suele ir vestida de harapos; pero aún así es muy bella, más bella que todas las libreas de oro y plata.

    • Todo hombre es como un cheque en blanco firmado por Dios. Nosotros mismos escribimos en él la cifra de su valor con nuestro merecimiento.

Frases de Amado Nervo inspiradoras


    • La condición por excelencia de la felicidad es no pensar en ella.

    • Muchas veces, en muchos casos, es una gran piedad no dar esperanzas.

    • El miedo es más injusto que la ira.

    • Todas las cosas llegan, le hacen a uno daño y se van.

    • Si nunca has tenido un gran éxito, no sabes lo que vales: el éxito es la piedra de toque de los caracteres.

    • La mayor parte de los fracasos nos viene por querer adelantar la hora de los éxitos.

    • Te odio con el odio de la ilusión marchita.

    • Vale más errar creyendo, que errar dudando.

    • La conciencia del ridículo suele ser más molesta que la conciencia del pecado.

    • La caridad de los ricos no es más que una forma de remordimiento.


    • La belleza es solo, pues, espejismo.

    • Lo que nos hace sufrir nunca es una tontería, puesto que nos hace sufrir.

    • No turbes, pues, mis mañanas con tus discursos amigo: mucho sabes, pero mi sueño sabe más.

    • Hay algo tan necesario como el pan de cada día y es la paz de cada día: la paz sin la cual el pan es amargo.

    • Ama como puedas, ama a quien puedas, ama todo lo que puedas. No te preocupes de la finalidad de tu amor.

    • Dime amigo, ¿la vida es triste o soy triste yo?

    • El miedo no es más que un deseo al revés.

    • La verdadera grandeza no necesita la humillación del resto.

    • El cuerpo no es más que un medio para volverse temporalmente visible: todo nacimiento es una aparición.

    • Resígnate a no haber podido hacer una cosa, mas nunca a no haberlo intentado, si vale la pena intentarlo.

    • El día es de los hombres, mas la noche es de los dioses, decían los antiguos.

Los mejores Poemas de Amado Nervo


¡Está bien!

Porque contemplo aún albas radiosas
y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas
en que tiembla el lucero de Belén,
y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas
gracias, ¡está bien!

Porque en las tardes, con sutil desmayo,
piadosamente besa el sol mi sien,
y aun la transfigura con su rayo:
gracias, ¡está bien!

Porque en las noches una voz me nombra
(¡voz de quien yo me sél), y hay un edén
escondido en los pliegues de mi sombra:
gracias, ¡está bienI

Porque hasta el mal en mí don es del cielo,
pues que, al minarme va, con rudo celo,
desmoronando mi prisión también;
porque se acerca ya mi primer vuelo:
gracias, ¡está bien!


Deidad

Como duerme la chispa en el guijarro
y la estatua en el barro,
en ti duerme la divinidad.
Tan sólo en un dolor constante y fuerte
al choque, brota de la piedra inerte
el relámpago de la deidad.

No te quejes, por tanto, del destino,
pues lo que en tu interior hay de divino
sólo surge merced a él.
Soporta, si es posible, sonriendo,
la vida que el artista va esculpiendo,
el duro choque del cincel.

¿Qué importan para ti las horas malas,
si cada hora en tus nacientes alas
pone una pluma bella más?
Ya verás al cóndor en plena altura,
ya verás concluida la escultura,
ya verás, alma, ya verás…


En paz

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.

…Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas…

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!


Una flor en el camino

La muerta resucita cuando a tu amor me asomo,
la encuentro en tus miradas inmensas y tranquilas,
y en toda tú… Sois ambas tan parecidas como
tu rostro, que dos veces se copia en mis pupilas.
Es cierto: aquélla amaba la noche radiosa,
y tú siempre en las albas tu ensueño complaciste.
(Por eso era más lirio, por eso eres más rosa.)
Es cierto, aquélla hablaba; tú vives silenciosa,
y aquélla era más pálida; pero tú eres más triste.


El amor nuevo

Todo amor nuevo que aparece
nos ilumina la existencia,
nos la perfuma y enflorece.

En la más densa oscuridad
toda mujer es refulgencia
y todo amor es claridad.
Para curar la pertinaz
pena, en las almas escondida,
un nuevo amor es eficaz;
porque se posa en nuestro mal
sin lastimar nunca la herida,
como un destello en un cristal.

Como un ensueño en una cuna,
como se posa en la rüina
la piedad del rayo de la luna.
como un encanto en un hastío,
como en la punta de una espina
una gotita de rocío…

¿Que también sabe hacer sufrir?
¿Que también sabe hacer llorar?
¿Que también sabe hacer morir?

-Es que tú no supiste amar…


Inmortalidad

No, no fue tan efímera la historia
de nuestro amor: entre los folios tersos
del libro virginal de tu memoria,
como pétalo azul está la gloria
doliente, noble y casta de mis versos.

No puedes olvidarme: te condeno
a un recuerdo tenaz. Mi amor ha sido
lo más alto en tu vida, lo más bueno;
y sólo entre los légamos y el cieno
surge el pálido loto del olvido.

Me verás dondequiera: en el incierto
anochecer, en la alborada rubia,
y cuando hagas labor en el desierto
corredor, mientras tiemblan en tu huerto
los monótonos hilos de la lluvia.

¡Y habrás de recordar! Esa es la herencia
que te da mi dolor, que nada ensalma.
¡Seré cumbre de luz en tu existencia,
y un reproche inefable en tu conciencia
y una estela inmortal dentro de tu alma!


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